168.1

Notas para un archivo de la memoria LGBTI en el deporte

Juan Ignacio Veleda 1 de junho de 2023

Este artículo[*] pretende esbozar, sin pretensión de exhaustividad, algunas notas para la creación de archivos de la memoria LGBTI en el deporte. Como cualquier otro ámbito de la vida social, el deporte no está exento de las problemáticas concernientes al género y a la sexualidad. Aunque solo tematizado en los últimos años desde las federaciones que regulan cada disciplina, y todavía con muchas resistencias, en los ámbitos deportivos circulan de manera constante ciertas representaciones que, ya sea de un modo sutil o explícito, devienen reiteradamente en discursos y prácticas discriminatorias sexistas y/u homo-odiantes.

Visibilizar todo esto no es, ni ha sido, tarea sencilla: el deporte tiene una larga (y universal) historia de situaciones de exclusión, de trato desigual y de discriminación para con las mujeres y lxs deportistas LGBTI. En Argentina, como en tantos otros lugares del mundo, tales discursos y prácticas aparecen de modo recurrente, alcanzando un alto grado de naturalización que resiste fuertemente su cuestionamiento. Su arraigo histórico y difundido supone un obstáculo muchas veces difícil de sortear.

Como señalan Besnier, Brownell, y Carter (2018), los ámbitos deportivos refuerzan habitualmente la heteronormatividad, es decir, esa resultante fundamental del sistema sexo/género donde el matrimonio solo es posible entre sexos “opuestos” y la “heterosexualidad compulsiva” obliga a la obediencia (p. 216). La contracara de esto es, por supuesto, el extendido abanico de los discursos homofóbicos (y más aún homo-odiantes) y los prejuicios que en función de ellos se instalan. Históricamente, ello ha significado que los deportes, tanto en su dimensión recreativa como profesional, fueran territorios hostiles para la participación de las personas LGBTI (Besnier et. al., 2018).

Aunque las causas de la homofobia, agregan estxs autorxs, sean varias y complejas, coinciden en remarcar la importancia del deporte como un mecanismo de control de la conformidad de género. En ese sentido, el orden heteronormativo del género “aun proyecta su enorme sombra” sobre los ámbitos deportivos cuando se “describen a los gays como femeninos, y supuestamente poco hábiles y poco interesados en el deporte, y a las lesbianas como masculinas, y por consiguiente demasiado interesadas en él” (Besnier et. al., 2018, p. 218).

En consecuencia, durante muchos años, la cultura deportiva ha sido vista como un espacio predominantemente masculino y heterosexual, refractario a la participación de las personas LGBTI, quienes, en reiteradas oportunidades, han debido ocultar su orientación sexual o identidad de género para poder competir. Otrxs han enfrentado situaciones de acoso, intimidación y discriminación extrema. Asimismo, muchxs han sido excluidxs del deporte debido a políticas discriminatorias que les impedían competir o ser contratadxs como entrenadorxs. En la historia del deporte, abundan los casos documentados de deportistas que han enfrentado discriminación, exclusión y violencia por parte de entrenadorxs, compañerxs de equipo y aficionadxs. La invisibilización consecuente ha devenido en una escasa, y durante mucho tiempo nula, representación de las personas LGBTI en los deportes.

Sin embargo, la historia de las personas LGBTI en los ámbitos deportivos (ya sea federado, profesional y amateur) de ninguna manera se reduce a un mero catálogo de prácticas y discursos discriminatorios; no es, o al menos sería deseable que no fuera, solo una historia de la violencia ejercida por el orden heteronormativo. Haciendo caso a la máxima foucaultiana según la cual donde hay poder hay resistencia, esta historia también está marcada por múltiples formas de agencia y empoderamiento, formas que en diversos grados y con distintas herramientas han impugnado aquella violencia y han permitido una mayor visibilidad y participación en los ámbitos deportivos.

A pesar de, y en muchas oportunidades en clara denuncia contra, esa violencia, desde hace varios años ha habido un aumento en la visibilidad y la inclusión de personas LGBTI en el deporte. Se han creado organizaciones, espacios y programas deportivos específicos, y cada vez hay más atletas abiertamente LGBTI compitiendo en deportes profesionales y olímpicos. Con todo, y en la medida que la discriminación y la exclusión aún persisten, se vuelve necesario continuar luchando por un deporte libre de los discursos y prácticas homo-odiantes.

Es desde esta consideración inicial desde donde emerge la necesidad de constituir un archivo de la memoria LGBTI que contribuya a esta lucha por espacios deportivos exentos de aquellas violencias, poniendo en perspectiva histórica las prácticas y discursos discriminatorios, pero dando cuenta al mismo tiempo de la historicidad de los distintos modos de agencia producidos a lo largo de años. Como señala la historiadora feminista Joan Scott, el archivo es un raudo apunte para la memoria, el reservorio de una herencia viva que vale la pena conservar, el espacio de un legado duradero; lejos de convertirse en una prisión con celdas numeradas y cerradas, en una suerte de cementerio donde hileras de lápidas inscritas con nombres y fechase, en un espacio de tristeza, el archivo es más bien un sitio donde los vivos siguen encontrando vida (Scott, 2023). El archivo, continúa la historiadora, constituye una fuente inagotable para pensar y repensar. Y podríamos agregar, también para actuar.

Bandeira LGBT
Foto: Marcelo Camargo/Agência Brasil

En sintonía con Scott, Ann Cvetkovich ha resaltado la importancia, y a la vez la especificidad, de los archivos LGBTI. Según esta autora, ya sea en ausencia de documentación institucionalizada, o confrontando las historias oficiales, la memoria se convierte en un valioso recurso. Ante la negligencia institucional, junto a historias borradas e invisibles, los archivos LGBTI han sido creados gracias al esfuerzo de los activismos y de la lucha política. En oposición a los archivos ortodoxos, Cvetkovich propone organizar más bien un “archivo de sentimientos”, una exploración de diferentes textualidades y registros que sean a la vez depositarios de sentimientos y emociones; un vasto archivo que dé cuenta de las múltiples formas de amor, rabia, intimidad, pena, vergüenza, entre otras cosas que forman parte de la experiencia de quienes han debido luchar para conservar sus historias. Un archivo en cuya exploración se atienda no solo al contenido de los documentos, sino también a las prácticas que rodean a su producción y su recepción (Cvetkovich, 2018, 22-23). 

El valor del archivo apunta por consiguiente a la posibilidad de ofrecer modos alternativos de conocimiento, pero reside también en su profundo poder afectivo. Debe preservar y producir no solo conocimiento, sino también sentimientos. Por tanto, agrega Cvetkovich, la historia de las personas LGBTI necesita un archivo radical de las emociones. Los archivos LGBTI abordan la pérdida traumática de la historia que ha acompañado la vida sexual y la formación de políticas públicas sobre el sexo, reafirman el papel de la memoria y el afecto para compensar la negligencia institucional (Cvetkovch, 2018, 320). En este sentido, el archivo permite conservar el registro de intentos exitosos de combatir a homofobia y de crear una cultura publica LGBTI.

En términos generales la creación de un archivo responde a varios motivos y necesidades: su creación se fundamenta, en principio, en la ausencia de un repositorio que concentre y organice la información almacenada de manera permanente. Asimismo, la organización de la documentación permite su mejor estructuración y accesibilidad; contribuye a compartir y proteger el registro documental, y a facilitar su búsqueda. Pero además, en el caso específico del colectivo LGBTI, el archivo se erige como una práctica de resistencia ante la pretendida invisibilización y/o exclusión histórica de los ámbitos deportivos ya mencionadas anteriormente.

En este sentido, la creación de un archivo se vuelve necesaria por varias razones: para preservar la historia y la memoria de las personas LGBTI en el deporte, contrarrestando su borramiento de los registros oficiales; para combatir los prejuicios y los discursos discriminatorios; para sensibilizar respecto de los derechos de las personas LGBTI en los ámbitos deportivos; para fortalecer los lazos de identidad y fomentar la participación en el deporte; para apoyar futuras investigaciones a partir de una adecuada recopilación y ordenamiento de los datos y los documentos. Y siguiendo a Cvetkovich, podemos agregar, constituye al mismo tiempo la posibilidad de un espacio de encuentro para la circulación de los afectos.

La experiencia de las personas LGBTI en el deporte ha sido compleja. Más allá de la discriminación y las exclusiones históricas, en las últimas décadas ha habido cambios significativos en la cultura deportiva, a la par por supuesto de las transformaciones que han permitido, entre otras cosas, las ampliaciones de derechos conquistadas por los activismos LGBTI. Esto ha redundado, por ejemplo, en mayor visibilidad y apoyo para lxs deportistas LGBTI. Cada vez más, muchxs de ellxs han “salido del clóset” y han hablado abiertamente sobre su orientación sexual o sobre su identidad de género. También ha habido un aumento en la inclusión y la diversidad en el deporte, con organizaciones deportivas que promueven la igualdad y la justicia para estxs deportistas.

En nuestra opinión, un archivo de estas características debiera tender a recuperar básicamente dos tipos de experiencias relacionadas de una u otra manera con el deporte. Por un lado, experiencias que han sido más bien individuales, referidas a deportistas en ámbitos federados o profesionales, en los cuales se han pronunciado o han visibilizado su disidencia sexual o de género. Por otro lado, este archivo debiera también dar cuenta de la emergencia y consolidación de los ahora denominados espacios deportivos inclusivos. Estas experiencias, más bien colectivas, refieren a aquellos entornos deportivos surgidos, al menos en Argentina, hacia fines de la década del 90 y cuyos objetivos son fomentar la inclusión, la diversidad y la equidad para todxs sus participantes, independientemente de su orientación sexual o su identidad de género. Estos espacios pretenden crear un ambiente seguro y respetuoso para todxs lxs que quieren acercarse a algunos de los deportes que ofrecen, con independencia de sus trayectorias previas, buscando así fomentar la igualdad de oportunidades y garantizar el acceso.

Bibliografía

Besnier, N.; Brownell, S. y Carter, Th. (2018). El deporte y el sexo, el género y la sexualidad. En: Antropología del deporte. Emociones, poder y negocios en el mundo contemporáneo. Siglo XXI.

Cvetkovich, A. (2018). Un archivo de sentimientos. Trauma, sexualidad y culturas públicas lésbicas. Edicions Bellaterra.

Scott, J. (2023). Una teoría feminista del archivo. En La fantasía de la historia feminista. Omnívora Editora.

[*] Este artículo está basado en el Trabajo de Integración Final (TIF) con el cual finalicé la Diplomatura en Género y Deporte de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

** Este texto não reflete, necessariamente, a opinião do Ludopédio.
Seja um dos 16 apoiadores do Ludopédio e faça parte desse time! APOIAR AGORA

Juan Veleda

Profesor y Licenciado en Filosofía. Especialista en Educación en géneros y sexualidades. Magíster en Estudios LGBTIQ+. Diplomado en Género y deporte. Basquetbolista.

Como citar

VELEDA, Juan Ignacio. Notas para un archivo de la memoria LGBTI en el deporte. Ludopédio, São Paulo, v. 168, n. 1, 2023.
Leia também:
  • 176.10

    Forte Apache: cinema da conquista, militares brasileiros – mas também Carlitos Tevez

    Alexandre Fernandez Vaz
  • 175.14

    Reflexões sobre a atuação da segurança no Rio de Janeiro em eventos esportivos

    Raquel Sousa
  • 175.6

    El fútbol femenino está de moda, pero no es un fenómeno reciente

    Verónica Moreira