1924: un grupo de hombres, futbolistas amateurs de profesiones diversas y orígenes humildes, emprenden viaje rumbo a la mayor aventura de sus vidas. Parten desde Uruguay hacia Europa para desembarcar en el París de los años locos donde los esperaba, contra todo pronóstico, la gloria Olímpica y el asombro del mundo entero. Esta hazaña sería la primera de otras que vendrían en 1928 y 1930.