Mundial 2022: “Francia colabora en la operación de propaganda de una teocracia islámica retrógrada”

Considerando que la invasión de Ucrania, dirigida por el ejército ruso y sus diversas tropas auxiliares, constituye una amenaza inmediata para la paz en toda Europa y que Putin acentúa día a día su política genocida que pretende erradicar del mapa a un pueblo soberano multiplicando los crímenes contra la humanidad y crimenes de guerra (destrucción masiva de ciudades e instalaciones civiles, torturas, violaciones, ejecuciones sumarias y fosas comunes, desplazamiento forzado de poblaciones, anexiones, rusificación), las cámaras y comentarios de todo el mundo apuntan al “evento planetario”: la Copa del Mundo en Qatar. La afición del “planeta fútbol”, al unísono con casi todos los medios de comunicación públicos o privados, todavía se atreve a presentar el Mundial como “un factor de entendimiento entre los pueblos”, una “fiesta de la juventud”, un “encuentro unificador deportivo” y otros manidos lemas de “paz deportiva” que emergen regularmente como mantras de la burocracia rectora de la FIFA, lastrada durante años por graves casos de corrupción. Las escandalosas declaraciones de su presidente, Gianni Infantino, que se opone a cualquier forma de solidaridad con las mujeres, jóvenes y demócratas víctimas de la sangrienta represión del régimen islámico de los ayatolás en Irán y que defiende servilmente a Qatar, dan la medida de en lo que se ha convertido la FIFA: una cínica mafia empresarial.