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¿Un laboratorio de lo que se viene en el deporte? El quadball en Argentina

David Ibarrola 29 de agosto de 2023

Una cuestión de agenda

Sin dudas, nos encontramos en el umbral de una transformación en el mundo del deporte. Esta afirmación puede ser inmediatamente relacionada con el auge de los e-sports que, por su naturaleza, pueden llevarnos a repensar las nociones más comunes en torno a la categoría “deporte” (Kopp, 2022).

Sin embargo, el interés de este artículo es otro. Thorpe y Wheaton (2019) hablan de una política del Comité Olímpico Internacional (COI) tendiente a incentivar el involucramiento de mujeres en el deporte, un “espíritu de renovación” que busca atraer “público joven”, enunciando como prioridad favorecer la “igualdad entre los géneros” e incluir modalidades mixtas. Se trata de la expresión de un clima de época, marcado por una gran visibilidad del movimiento de la mujer, aunque esto no debe hacernos pasar por alto las tentativas por “explotar” comercialmente este factor (Hijós, 2021).

Estas proclamas comienzan a reflejarse lentamente en las distintas disciplinas, incluso trascendiendo el binarismo propuesto por el COI. Por ejemplo, el mundial de fútbol femenino de 2023 trajo como novedad la incorporación de una persona no binaria a un equipo (Subirana, 2023). Aunque esto suele ser acompañado de medidas y posiciones de naturaleza opuesta, es claro que cuestiones como la autopercepción de género, las ventajas “naturales” de los cuerpos y la posibilidad del juego mixto están siendo tensionadas como nunca.

Sin embargo, lo que en ciertos deportes populares puede parecer una novedad, en otras prácticas menos conocidas es algo recurrente. Es que más allá del “futbolcentrismo” que ha distinguido a muchos países latinoamericanos, una serie de deportes han encontrado la forma de proliferar aquí, mostrando además que es posible regirse bajo una lógica distinta. Estas prácticas, quizás menos conocidas, incluyen una variedad reglamentaria que va desde componer libremente sus equipos en el género hasta establecer cupos. En este artículo me ocupo de una de ellas, la cual, además es mi objeto de investigación desde 2018: el quadball.

Un deporte mixto que respeta la identidad de género

Ahora bien, ¿qué es quadball? Se trata de un deporte mixto y de contacto, que tiene su origen en Estados Unidos en 2005 y llegó a la Argentina en 2006. Inspirado en el deporte mágico de Harry Potter (el quidditch), este inició un rápido proceso de institucionalización y escisión respecto al mundo de la saga literaria, que culminó con la adopción de su nombre actual en 2022. En 2023 fue celebrada la copa mundial, donde Estados Unidos venció a Alemania en la final. En ese torneo también participaron las selecciones de Brasil y México.

El quadball es un deporte que amalgama elementos del fútbol americano, el quemado y la lucha, combinando la tarea de meter goles con la de “quemar rivales”, la persecución y captura. Otro de sus rasgos distintivos es la composición de los equipos. Intentando reproducir lo leído en los libros de Rowling, los creadores de esta práctica aspiraron a conformar equipos mixtos.

Este deseo se vio rápidamente frustrado por una preponderancia masculina (Popple, 2015), lo que obligó al establecimiento de un cupo de género. Pero lejos de detenerse aquí, esta regla no hizo más que “radicalizarse”. En efecto, un breve análisis de su historia permite observar una transición desde un binarismo de género hacia una ruptura con el mismo. Mientras que en su versión temprana se reclamaba que cada equipo (de siete jugadores) tenga al menos dos mujeres en cancha, el desarrollo de los debates internos llevó a una configuración distinta para la regla de género actual: cada equipo puede tener un máximo de cuatro jugadores que se identifiquen con un mismo género, pudiendo este ser varón, mujer o no binario.

Esta reglamentación, que ya lleva vigente más de diez años, representa un rico campo de experiencias para dar a conocer. Para estos fines recuperaré una serie de experiencias observadas en mi etnografía entre los jugadores de Argentina. La observación participante, desarrollada entre 2018 y 2022, da cuenta de una serie de problemas prácticos dignos de mención.

Quadball
Fonte: Wikipédia

Problemas prácticos

La circunstancia de la escasez de jugadoras mujeres o no binarios muestra efectos complejos. Por ejemplo…si la mayoría de los jugadores disponibles son varones y la norma establece la presencia de practicantes de otros géneros en cancha, estos deberán permanecer en juego más tiempo, exponiéndose a un cansancio extremo. Retomo aquí unos apuntes de campo que describen el estado de las mujeres participantes de un equipo observado: “Las tres chicas: Lila[1] padece de agotamiento extremo, Nina tiene fuertes dolores en la cervical y Tatiana está insolada, tirada en el suelo con una toalla en la cara, sobre una cama improvisada” (Notas de campo, 24 de abril de 2022).

Esta situación llevó al colectivo a una disyuntiva: abandonar el torneo, pedir prestados jugadores a los rivales o solicitar una excepción a la regla de género. Es notorio como esto último suele ser la opción más utilizada: reducir el rango de inclusión de la misma, en aras de permitir que los equipos jueguen. Por ejemplo, muchos equipos anuncian que “carecen” de mujeres y negocian en los días previos a la competencia jugar con un solo jugador no masculino en cancha. Toda esta situación lleva a lo que algunos llaman administración del género: cuidar que los jugadores identificados como mujeres y no binarios no se expongan al agotamiento. Esto implica concebir a estas personas como un recurso escaso a cuidar. La consecuencia más observable es su rotación en posiciones en cancha que no son sus habituales, lo que lleva necesariamente a una merma en su rendimiento y disfrute de la actividad.

Otro aspecto digno de mención es la cuestión física. La idea de que las condiciones corporales promedio de los varones son ventajosas se encuentra altamente difundida en este deporte. Es el principal argumento de quienes, aun jugando, critican la modalidad mixta de juego. Desde el punto de vista de ciertos varones, al momento del contacto, ellos deben contenerse por temor a lastimar a sus pares femeninas (Ibarrola, 2020).

Sorpresivamente, esa creencia es también parte del argumento de quienes ven como algo positivo el juego mixto. Ellos también esencializan los cuerpos, ya que la razón por la que la mixtura del quadball sería viable es que las virtudes “propias” de la mujer harían posible su combinación con las del varón. Así, la gracia, estética, la capacidad de escabullirse y pequeñez de las primeras sería el complemento de la fuerza y velocidad inherentemente masculinas. Juntos harían un equipo variado y rico. A causa de la circulación de estas ideas y sentidos, se producen una serie de efectos derivados.

Por un lado, una propensión a que los varones ocupen aquellas posiciones que implican un mayor contacto físico con el rival, mientras que las mujeres y los no binarios (cuando estos son “biológicamente” femeninos) quedan ubicados en las funciones con los requisitos contrarios., aunque no por ello menos necesarios. Esto, sumado a una cierta tendencia denunciada por algunas jugadoras a no pasarle la pelota a las compañeras, da forma a una serie de mecanismos informales como los que mencionan Lake (2015) y Henry y Comeaux (1999); reglas no escritas perpetúan las diferencias entre los géneros.

Por otro lado, sobre la base de esta aceptación más o menos extendida de la existencia de ventajas corporales, emerge un fuerte cuestionamiento al funcionamiento de la autopercepción identitaria en el deporte. La historia reciente del quadball mundial es un sinfín de acusaciones e insinuaciones de intentos de “sacar ventaja de esta regla”. Aunque no ha ocurrido en Argentina, algunos jugadores han tenido la experiencia de vivenciar esto en el exterior:

“…un partido mío contra los Vikings jugando contra siete hombres. Y para colmo de males muchos hombres, panzones, venían y chocaban por donde teníamos a las chicas.  Y perdimos un partido contra un rival deportivamente inferior porque tuvimos que lidiar con que nosotros si respetábamos la regla de identidad de género, estábamos en desventaja” (Pablo, comunicación personal, 27 de noviembre de 2018)

En virtud de esta perspectiva, los distintos organismos reguladores de la actividad han tomado posturas ambivalentes. Mientras que de forma “oficial” sostienen el respeto por la autopercepción, gradualmente colocan enmiendas en sus reglamentos que permiten “denunciar” el intento de “sacar ventaja” de la regla de género y se proponen “investigar” estos casos (Ibarrola, 2021).

 

Palabras finales

Estos son algunos de los problemas prácticos que van surgiendo de la aplicación de esta reglamentación. Por supuesto, no todos son inconvenientes. Es que esta singular forma de juego ha permitido a muchas mujeres (especialmente) y no binarios conquistar puestos de dirección en asociaciones nacionales y capitanías de equipos. Muchas jugadoras reconocen sentirse especialmente motivadas por demostrar que pueden participar de un deporte de contacto a la par de sus colegas masculinos, quienes estarían “deconstruyéndose”.

Si el deporte se encuentra en un proceso de cambio, sea este por motivos “genuinos” o comerciales, lo planteado aquí puede ser pensado como un laboratorio de “lo que viene”. Después de todo, este pequeño aporte intenta mostrar algunos de los sentidos puestos en juego en torno a la cuestión del género y lo mixto en un deporte amateur, recreativo y de contacto.

El artículo revaloriza la importancia de un acercamiento de los investigadores a los deportes menos populares, para observar tendencias que pueden darse a otra escala y relevancia.  Una muestra de los potenciales problemas prácticos de una implementación de estas modalidades en otras disciplinas, escenario al que habría que sumar la presencia del mercado y el Estado. Pero también podemos pensar en la pertinencia de retomar algunas de las tentativas del propio quadball, ya que la apertura de espacios de debate en torno al género (Ibarrola, 2021), la violencia y la discriminación puede ser una vía interesante para problematizar las situaciones anteriormente mencionadas. Se trata de un debate en proceso.

Notas

[1] Todos los nombres utilizados aquí son inventados, en aras de conservar el anonimato de los practicantes.

Bibliografía

Henry, J. y Comaeux, H. (1999). Gender egalitarianism in coed sport. A case of study in american soccer. International review for the sociology of sport, 34 (3), 277-290. https://doi.org/10.1177/101269099034003

Hijós, N. 2021. Runners. Una etnografía en una plataforma de entrenamiento de Nike. Gorla.

Ibarrola, D. (2020). Apuntes para pensar una relación entre quidditch y género. Kula, 22, 27-37. https://www.revistakula.com.ar/wp-content/uploads/2020/08/Kula-22-Ibarrola-27-37.pdf

Ibarrola, D. (2021). La ética del fandom de Harry Potter y el deporte quidditch: continuidades y rupturas. Cuadernos FHyCS-UNJu, 60, 43-67. http://revista.fhycs.unju.edu.ar/revistacuadernos/index.php/cuadernos/article/view/864

Kopp, J. (2022). Deportes electrónicos en Argentina: Un estudio tecnobiográfico de jugadores profesionales de videojuegos [Tesis de Doctorado, Universidad de Buenos Aires]. Repositorio institucional- Universidad de Buenos Aires.

Lake, R. (2015). “Guys don’t whale away at the women”: etiquette and gender relations in contemporary mixed-doubles tennis, Sport in Society, 19, 1214-1233. https://doi.org/10.1080/17430437.2015.1067773

Popple, J. (2015). Embracing the magic: Muggle quidditch and the transformation of gender equality from fantasy to reality. En L. Brenner (Ed.), Playing Harry Potter. Essays and Interviews on Fandom and Performance (pp. 188-205). McFarland & Company, Inc., Publishers.

Subirana, G. (21 de julio de 2023). Histórico: debutó la primera persona no binaria en el Mundial Femenino. Olé.  https://www.ole.com.ar/futbol-femenino/historico-nigeria-canda-primera-persona-binaria-debut-fase-grupo-partido-rebecca-quinn_0_b97FobjiEs.html

Thorpe, H. y Wheaton, B. (2019). “The Olympic Games, Agenda 2020 and action sports: the promise, politics and performance of organisational change. International Journal of Sport Policy and Politics 11(3),  465-483. https://doi.org/10.1080/19406940.2019.1569548

Enlaces de interés

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David Ibarrola

Licenciado y Profesor en Ciencias Antropológicas (orientación socio-cultural) por la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Doctorando en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Como citar

IBARROLA, David. ¿Un laboratorio de lo que se viene en el deporte? El quadball en Argentina. Ludopédio, São Paulo, v. 170, n. 29, 2023.
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